Una muestra de cuando las cosas se hacen con ilusión, suelen salir bien. Un cliente nos envía unas fotos de cómo evoluciona su obra que hemos proyectado. Es inquieto, no para de buscar ideas por la red, ata y desata, y sobre todo, pregunta mucho. Tiene su modelo de negocio perfectamente hilado en la cabeza, el mejor cheque al portador que se puede tener cuando se arranca un proyecto.
Mucha suerte, Mio Fratello, aunque no te hará falta!!!